7:30 suena el despertador. Comienzo a guardar las cosas mientras hierve el agua para el tecito de desayuno, teniendo en mente el destino del día, ir a conocer las pinguineras de Puñihuil.

Una vez que todo está listo y con alforjas cargadas, comienzo mi pedaleo. Antes de emprender rumbo a Puñihuil decido realizar 2 paradas. La primera en la plaza de Ancud para intentar una toma con el drone, pero la gran cantidad de palomas no me dejó…

La segunda parada fue en un taller de bicis (Ciclismo Sport, ubicado en Eleuterio Ramírez 311, Ancud), se los súper recomiendo, excelente atención y el joven que trabaja allí es muy preocupado (y queda a sólo 2 cuadras de la plaza).

¿Por qué decidí ir al taller? Resulta que al llegar desde Santiago y armar la bici para comenzar el viaje, una de las pastillas de freno estaba suela y la coloqué sólo por intuición, así que quería que fuera revisada por un experto (porque, además, viajé sin pastillas de repuesto). Allí me enteré que las pastillas de mis frenos tienen fijación con imán, así que mi solución de colocar encima era la correcta, de todas formas ajusto los frenos y ya con eso quedo resuelto, quedaba listo para iniciar el pedaleo.

En total, un poco más de 30 km hasta Puñihuil, pedaleando la que sin saberlo, sería una de las rutas más bellas de Chiloé, siempre junto al mar de acompañante, con su olor y sonido característico. Para al final, sorprenderme entrando de manera inesperada en una playa enorme con islotes de fondo que dan un escenario único.

Luego de disfrutar unos minutos para mí en ese lugar mágico, continué 2.2 km de subida hasta el primer camping existente en la zona llamado «ballena azul».  Ese último tramo lo tuve que recorrer 3 veces, primero para llegar y luego volver a la playa y tomar el tour, y finalmente para regresar a dormir.

Dato importante! Subiendo desde la playa, a casi 1km hay un ecohostal que tiene minimarket y es caja vecina, así que pueden sacar dinero en ese lugar, porque es recomendable contar siempre con efectivo.

Retomando… Luego de instalarme en el camping regrese a Puñihuil. Allí disfrute un almuerzo que me dejo maravillado (inclusive ahora al escribir estas palabras me eriza la piel las emociones que me deja la simplicidad de lo bueno). Comí 2 empanadas de marisco ($2.500 c/u) mientras caminaba por la playa con mis patitas en el agua… Soñado!

Luego de un par de horas disfrutando de la magia del lugar, me fui a la agencia que organiza el tour a visitar los Islotes y pinguineras de Puñihuil. En total unos 40 min sobre un barco pequeño que permite ver desde lejos a los pingüinos y apreciar los hermosos islotes.

Finalizada la visita a los islotes y pinguineras de Puñihuil (que tiene un valor de $8.000 pp) me fui nuevamente a caminar por la playa para luego volver al camping (y sus 2,2 km de subida), por suerte la bicicleta iba liviana, ya que dejé todo en la carpa.

Una vez en «casa» tocaba la ducha del día para luego, con el cuerpo descansado bajo los 3 minutos de agua caliente, comer el primer curanto made in Chiloé (recalco los 3 min ya que en Chiloé cuidan bastante el agua, recordemos que es una isla).

Con la guatita llena y el corazón más que contento, me tumbe al fin, en la carpa, mientras el viento intenta llevársela. De hecho, estuve mucho tiempo preocupado de volver y no encontrar la carpa. Así que siempre coloquen sus estacas! No importa que no haya viento, ya que en cualquier momento puede llegar.

Ahora disfruto del descanso mientras escucho la mezcla del sonido del mar y el viento ¿Qué más se puede pedir?

Gastos:

  • Tour puñihuil: $8.000
  • Almuezo (2 empanadas): $2.500 c/u
  • Camping: $6.000
  • Curanto en el camping: $8.000 (más bebida, té e internet quedó en 12.000) la clave del wifi es ballenazul2019 🙊 yo no se las di jajaja.

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