Estoy en puerto tranquilo, han pasado 4 días desde que anduvimos en bicicleta, entre las actividades en cerro castillo, el tour a capillas de mármol y Glaciar exploradores (en algún momento espero escribir de esos días). Así que es tiempo de continuar!

La misión es recorrer los 67 km que nos separan con puerto bertrand. Según el mapa, es una zona con no mucho desnivel, así que bastante bueno para mí y mi rodilla 😅

Nos levantamos temprano, sin embargo, terminamos iniciando la ruta tipo 10.30 de la mañana. Nos atrasamos comprando unas botellas de jugo, ya que las nuestras desaparecieron en el camping (yo creo que muy probablemente nosotros las dejamos tiradas por ahí,y alguien las boto… Ya que se trataba de botellas de Gatorade, no de ciclismo).

Cómo sea… El inicio de la ruta es de subida y subida, no muy larga por suerte. Un cartel verde (ya clásico) nos avisa los kilómetros que debemos avanzar hasta nuestro destino. A medida que pedaleo, es imposible no maravillarse a cada minuto con la vista del lugar. De hecho, creo que esté tramo en bicicleta es otro de mis imperdible o top (siempre me voy enamorando de estos trayectos, cada uno tiene su encanto).
Y es que desde el inicio, tenemos el Lago General Carrera a nuestra izquierda, con sus aguas turquesa, que a cada minuto que pasa, destaca más y más por su maravilloso color. Rodeamos una de sus caras durante varios kilómetros, para luego dejarlo a nuestras espaldas y pedalear por un paisaje distinto.

La pampa ya comienza a asomar, los bosques son más pequeños, y los árboles más maduros. Unas rectas interminables, con algo de viento en contra me hacen sentir que comenzó la parte del camino más agreste, menos llamativo. Sin embargo no podía estar más equivocado!

Luego de pedalear los primeros 30km hasta el río león, encuentro un refugio en que se encuentran dos ciclistas. Conversamos un rato, mientras espero al Diego que venía más atrás,y me cuentan el estado de la ruta hacia el sur. Y que la Yanela había pasado por allí hacía unos 30 minutos. De ahí en adelante, el paisaje no paro de sorprender.

El Lago General Carrera reapareció, sus colores renovaron la energía, y el puente que nos daba acceso a nuevas tierras, resultaba una experiencia maravillosa. Detenerse allí, contemplar el Lago Bertrand de un lado del puente, y del otro el Gral Carrera, observando montañas nevadas de fondo… Realmente impagable.

Durante el trayecto, la calamina es el único acompañante indeseado. Esos baches de tierra en la ruta, que obligan a ir saltando, a disminuir la velocidad, y tener preocupación extra por la bicicleta, en especial la parrilla, lamentablemente estuvieron presentes durante grandes tramos. Sin embargo el español he inglés que conocimos en río León, nos dijeron que eso sólo duraría hasta Cochrane 🥳

Luego de tomar el desvío en la bifurcación entre chile chico y Bertrand, se viene una cuesta bastante grande. Desde lejos observaba lo que se venía. Una vez allí, subimos junto a mi compañera uno al lado del otro (al fin un descanso para la bicicleta). A esta altura del viaje, ya comprendo por qué se llaman «cuesta».

En la subida encontramos otros ciclistas, dos canadienses y otro par de santiaguinos. Junto a ellos llegamos hasta uno de los accesos más maravillosos del Lago Bertrand. Mientras descendimos, lo primero que ví fue un pequeño muelle, y mi mente automáticamente pensó: hay que tirarse un piquero allí.

Y así fue! Junto a los canadienses, disfrutamos las heladas aguas del lago. Sin duda una experiencia increíble, tener tal libertad para conectar con la Naturaleza. Minutos después apareció el Diego, quien lamentable y a la vez, afortunadamente, tuvo su primer accidente. Por ir cerca del borde de la ruta, el neumático resbaló y se cayó, por suerte, no fue en zona de descenso y otros ciclistas lo ayudaron a enderezar el manubrio. Así que más cubierto de polvo de lo normal, y un poco adolorido (pero por suerte con nada grave), nos tiramos juntos al Lago.

Luego de varios minutos allí, seguimos pedaleando, ya quedaba lo último. Luego de la subida, la bajada es la recompensa, y que nos llevó a nuestro destino.

Ya en Puerto Bertrand, y no ausente de preocupaciones, encontré a la yanela, que ya era una leyenda urbana… Todo el mundo había visto a la mujer ciclista, menos yo, que la buscaba y buscaba jajaja 😅.

Al final del día, nos acomodamos en un camping maravilloso a 5 metros del río baker (Qué más puedo pedir?)

Datos:

  • Bajando la cuesta al lago bertrand, una pareja muy amorosa vende empanadas de pino ($2.000) y refrescos, por si les interesa.
  • El camping en Pto Bertrand está al final de la «Costanera», detrás de Patagonia adventure. Si bien los baños quedan lejos, tenemos el privilegio de estar junto al río y la sra que atiende, es un amor! (Y prepara los mejores alfajores 🐷).

Pd: recuerdan cuándo dije que uno queda lleno de tierra? Bueno…

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