El día comienza temprano, a las 9 ya estamos «arriba». Es divertido, en tortel todo se divide entre estar arriba o abajo. Pasamos a despedirnos de Manuel y la familia que nos ayudó el primer día. Sin duda es magnifico poder compartir en un ambiente más familiar, conocer de la historia de Tortel y disfrutar un rico mate con buena compañía.
Volvemos a recorrer los 24 km que nos separan hasta el cruce que nos lleva en dirección a Puerto Yungay. Ahora notamos como la ruta que hace unos días se nos hacía eterna, en verdad no lo era. Al mismo tiempo, es momento de celebración, ya que cumplimos uno de los objetivos del viaje, pedalear 1.000 km!!
La verdad, es un sentimiento bcn! Resulta gratificante ver el avance. Como algo que parecía imposible, se vuelve real. Para nosotros, que no somos ciclistas, ni estamos cerca de serlo, significo pedalear desde Puerto Montt hasta Caleta Tortel.
Una vez en el cruce, y dejando atrás el río Baker, el que vimos por última vez en este viaje. Realizamos nuestro primer break. Lo que venía, era el tramo pesado del día 21 km con un desnivel de 430 mts, o sea, mucha subida.
Y efectivamente. Desde el primer metro a partir del cruce, una cuesta comienza. Dicho tramo lo realizamos juntos a nuestra bicicleta, caminando lentamente. Ya más adelante podemos comenzar a pedalear la subida. El paisaje es hermoso! Se aprecia como lentamente vamos atravesando las montañas, a través de un bosque nativo rodeado de cascadas y bella vegetación.
En total, fueron 8 km de subida. De los que orgullosamente puedo decir que pedaleé (o pedalie 🙄) la mayoría. En la parte más alta, nos detenemos a observar lo magnífico del entorno, como las montañas se muestran frente a nosotros, con un basto vacío a nuestros pies. El cual sólo es atravesado por un río. Un paso en falso, un movimiento errado se la bicicleta puede cambiar todo, por eso resulta importante el autocuidado. A esa altura, resulta sencillo que en un día de viento, una corriente de aire nos haga perder el equilibrio. Por suerte, nos tocó un día maravilloso, un sol resplandeciente que nos acompañó todo el camino.
Como siempre en la ruta, luego de una gran subida, viene el descenso! Lo más importante de esto, es disfrutar la bici, ir siempre alerta para evitar cualquier accidente. Durante todo el viaje, una de mis máximas es que antes de iniciar una bajada, el cansancio debe desaparecer. Es necesario tomar correctamente el manubrio, y dejarse llevar, siempre con todos los sentidos puestos en lo que se está haciendo, para así poder volar.
Por suerte, me encantan los descensos! Y estos son casi 11 km 💪
Luego de curvas, ripio, saltos, y bosques, un último descenso nos abre el paso a Puerto Yungay! Originalmente era el destino del día, sin embargo, para aprovechar el tiempo, decidimos cruzar de inmediato en la barcaza.
Sólo había un detalle! Los horarios… Llegamos a las 15.18 (18 minutos después de la barcaza)… Así que debíamos esperar hasta las 18.00, hora a la que salía la última barcaza del día… Teníamos 3 hrs libres!! Así que nos ordenamos de inmediato, a falta de ducha, me bañe en el fiordo Mitchell 🧡 y luego estábamos listos para el viaje de 45 min en ferry.
Para quien le sea de utilidad, le dejo los horarios de la barcaza:
El subir a la barcaza fue mágico, ya antes habíamos tenido que utilizarlas en caleta la arena y en Hornopirén, sin embargo, éste es un lugar menos turístico, más extremo, dónde no todos van, por lo mismo la barcaza es más pequeña, y habían más bicicletas que autos. Fue agradable ver la hilera de bicicletas a lo largo de la barcaza, todos en la misma. No nos conocemos, pero claramente, compartimos un gusto: la aventura.
Los 45 min pasan en su tiempo. En el camino disfruto el paisaje, observo las montañas, intento imaginar formas en ellas 😅, observo los troncos en el agua, incluso hojas de árboles. Poco a poco vamos llegando a destino, un pequeño refugio se ve en puerto río bravo. Esa sería nuestra casa aquella noche.
Al llegar, todos los ciclistas continuaron su viaje (a dónde, no tengo idea, porque era tarde y en el camino no hay nada más), nosotros en cambio, permaneceríamos allí. En el refugio ya se encontraban 3 personas, una pareja de suizos que venían desde Ushuaia, junto a una chica francesa que habían conocido hace 2 semanas y con quién iban pedaleando. Su objetivo era recorrer libremente el mapa durante 3 meses, al menos.
Cómo es costumbre, almorzamos/cenamos un rico arroz con longaniza más la segunda ensalada del viaje (de lo que no me siento orgulloso), un tomate regalado por los amigos del refugio. Instalamos nuestras cosas para dormir, y luego de un rato de conversación con los compañeros de habitación/albergue nos fuimos a dormir.
Saludos! Y recuerda que si deseas conocer más sobre mi viaje por la carretera Austral, puedes revisar AQUÍ, y encontrar el itinerario con todos los post! o en mis redes sociales, Face o Instagram.
Actualización: ¿Quieres conocer este tramo de la ruta? No puedes perderte el capítulo de youtube!
Buen viaje!
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