Que emoción este día. Al fin llegaremos a nuestra meta: ¡¡1245km recorriendo la Carretera Austral en bicicleta!

Y no es cualquier día, es el cumpleaños de Diego 🥳 nanai, sus 21 y viviendo está aventura.

Despierto en la hamaca, así que me levanto lo más silenciosamente posible para ir a abrazar a Diego y saludarlo en su día. Luego, tomamos un desayuno como corresponde: leche con cereal, torta y galletas (¿qué más se puede pedir en la mitad de la nada? Yo creo que llegamos muy bien preparados).

Una vez listos, comenzamos nuestro pedaleo. Este tramo es más sencillo que el día anterior, ya que no tiene muchas subidas, sólo una o dos un poco elevadas, pero el resto, nada que no hayamos hecho antes 💪.

Este camino de la Carretera Austral es maravilloso, debiera llamarse la ruta de las cascadas. Y es que a lo largo de poco más de 50 km, es posible encontrar muchísimas cascadas y caídas de agua de distinto tamaño e intensidad. Algunas pequeñas y otras dónde es posible apreciar su recorrido desde la cima de la montaña hasta llegar a los ríos.

Cada cierto tiempo, como es costumbre, nos detenemos a observar el paisaje, los bosques, las montañas rocosas que van de colores rojo anaranjado, hasta el negro intenso. Maravilla ver cómo la vegetación se abre paso en aquellos terrenos tan hostiles, y aun así logra florecer, adornando la montaña con sus colores verdosos.

Pasado el mediodía, y luego de varias cascadas, nos detenemos en un puente, al costado de una gruta. Decidimos quedarnos a almorzar dentro de un bosque cercano, ya que comenzaban a caer gotas de llovizna. Con la espesura del bosque, comimos sin problema, y luego de algunos minutos, la llovizna había acabado. Estábamos listos para llegar a Villa O’higgins.

En el camino, nos maravillamos con la presencia de muchísimos cisnes de cuello negro, en distintos lagos. Pero especialmente en el lago cisnes (haciendo honor al nombre).

Desde la altura de la montaña, se observan los techos de casas a lo lejos, estamos muy cerca. Sin embargo, el camino hace un giro que aumenta los kilómetros. De allí en adelante, el terreno es plano, al nivel del lago, y la calamina retorna, con lo cual los últimos 6 o 7 km el camino se vuelve bastante pesado. Pero el ánimo y entusiasmo del logro que estamos por cumplir merma cualquier inconveniente.

En los kilómetros finales, poco a poco observamos algunas casas aisladas, sabíamos que cuando el llamado «eco camping» apareciera, sólo sería cosa de minutos.

Al verlo, el entusiasmo me llena, a lo lejos veo el cartel que anuncia la llegada a Villa o’higgins, ¡wow! Al llegar, un grito es lo mínimo que pude hacer para liberar el éxtasis de estar allí.

39 días demoramos en recorrer los 1245 km de la carretera austral, desde Puerto Montt a Villa O’Higgins, y a lo largo de ese último día, recordé todos los lugares y personas que conocimos. Quienes nos acompañaron y ayudaron. Y el sentimiento es maravilloso. Una meta que al comienzo se veía tan lejano, lo estábamos cumpliendo en ese minuto, aquel 11 de febrero de 2020.

Un abrazo con Diego es la demostración de nuestro orgullo mutuo, de la felicidad y cariño. Con él llegamos al final del viaje. Y porsupuesto! mi querida amiga! Yanela, que aperro desde el primer día y nunca dejo de lado la bicicleta. Entre todos cumplimos la meta!

¿Qué paso después?

Por supuesto, nos instalamos, aunque está vez dejamos las carpas guardadas. Nos hospedarnos en la hostal y camping «El Mosco», un lugar maravilloso, construcción de madera, con cocina a leña siempre encendida, camas cómodas y la mejor ducha de agua caliente de todo el viaje.

Esa noche celebramos nuestro logro y al Diego comiendo unas deliciosas pizzas (cada uno una familiar 😅). Pero todo el esfuerzo lo valía ya que llevábamos tres días continuos de pedaleo, recorriendo 145 kilómetros en total.

Reservamos bus para regresar el sábado 15 hasta Yungay, ya era tiempo de descansar las piernas y en especial la rodilla. Por lo mismo, 4 noches nos quedamos en Villa o’higgins, al día siguiente, sólo descansamos, luego realizamos el trekking de la reserva Santiago, hasta el mirador la bandera, lugar increíble desde donde observamos el camino de la ruta que pedaleamos tan solo unos días atrás. Así como la vista de los lagos cisnes, o’higgins y el salto.

El último día, quisimos cerrar con broche de oro. Por ese dejamos para aquel momento, los últimos 7 kilómetros de pedaleo hasta puerto Bahamondes, lugar dónde termina oficialmente la carretera austral.

El recorrido se nos hizo tan corto, que no alcanzamos a calentar el cuerpo 😅, pero nuevamente una pequeña celebración marcó nuestra llegada hasta aquel mítico letrero, al cual gente de todo el mundo viaja, con tal de vivir una experiencia única en la vida. Hemos recorrido la carretera austral en bicicleta.

¿Quieres vivir la experiencia a través de nuestros ojos? no puedes dejar de revisar el capítulo de youtube:

Ahora, una nueva aventura nos llevará a conocer los fiordos y canales magallánico hasta Puerto Natales, para recorrer la región de Magallanes, en especial la conocida como 8va maravilla del mundo: el Parque Nacional Torres del Paine.

Gracias por leer y vivir junto a mi esta experiencia de recorrer la Carretera Austral en bicicleta.

Por ahora, puedo decir FIN!

Pd. Recuerda que puedes revisar toda la aventura AQUÍ y no puedes perderte la aventura visual de revisar el recorrido en mi Canal de Youtube.

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