Hoy es un día importante por dos razones:
- Se cumple un mes desde que vine a vivir a mi nuevo hogar (primera vez que vivo sólo y, además, muy lejos de casa jjaja). Y la verdad, no podría estar más contento.
- ¡Se cumplen 3 meses desde que llegue a Australia!!! (como pasa el tiempo), no puedo creer que esto vaya tan rápido.
Y cómo se trata de un día importante, quise escribir de una experiencia que me ha venido dando vuelta la cabeza estos últimos días, en particular, luego de ver una película española (está en Netflix) y que da el título a este post. No es la mejor del mundo, tiene una trama sencilla, pero sirve para para relajarse. Tiene un mensaje final y un título muy importante que me ha causado mucho sentido en estos días.
(Antes de seguir, mientras escribo este post, escucho de fondo la canción final de la película, así que si te animas, escúchala mientras sigues leyendo).
¿Cuál es el mensaje? La importancia de cuidar de uno mismo, de vivir, y disfrutar cada experiencia al máximo, tener claro que los errores y fracasos son parte de la vida (vaya que lo aprendí luego de reprobar el examen grado la primera vez), y son la oportunidad para obtener el mayor aprendizaje.
Además de eso, ser consiente que en la vida uno se cruza con mucha gente, gente que viene y bah (de ahí el nombre de la película), y es importante mantenerse cerca de aquellos que uno quiere que se queden.
En esta etapa, lo anterior se refleja de gran manera, muchas amistades han surgido en estos tres meses, pero lamentablemente, son (o somos) como estrellas fugaces, todos estamos de paso, cada semana llegan nuevos compañeros y amigos desde todas partes del mundo, y al mismo tiempo, otros tantos regresan a sus países o se disponene a iniciar una nueva aventura en otra ciudad u otro país. Esto pone a prueba la capacidad para crear relaciones estables, y al saber que uno tiene tan poco tiempo para compartir con el resto, naturalmente intenta disfrutar al máximo, conocerse lo que más se puede, salir, conocer, etc.
Y claro, están esos que se quedan por un poco más de tiempo (como yo), pero que sé, en cualquier momento, llegará el tiempo de adiós.
Con lo anterior, creo que una de las cosas difíciles de vivir esta experiencia, es formar amistades sabiendo que son efímeras, que cada cierto número de semanas, toca conocer nuevamente a alguien y crear un nuevo vinculo, para finalmente despedirse. Pero al mismo tiempo, es una experiencia bonita y enriquecedora, maximizar el tiempo, disfrutar intensamente, y sorprenderse con los detalles que surgen en el día a día.
Claro, se trata de gente que viene y bah, pero recapitulando en la vida, resulta que no es una experiencia (taaan) nueva, hay mucha gente que ya no se encuentra presente, y con la que a veces, lamentablemente, se ha perdido el contacto, amigos de infancia, compañeros de colegio, trabajo, parejas, etc. No obstante, quedan esos lindos recuerdos de los momentos compartidos.
Estas amistades fugaces, que duran un par de semanas, no dejan de ser importante, independiente del tiempo, dan la oportunidad de conocer gente nueva, culturas distintas, y por supuesto, tener un amigo, allí en algún rincón del mundo.
Un abrazo y saludos a todos mis queridos amigos en Chile! Disfruten y vivan intensamente!